Cita Bíblica:
Rm. 12:1-2
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta
Para meditar:
Hoy es el último de los 21 días de ayuno, dicen que si quieres hacer algo que se haga un hábito es necesario hacerlo por 21 días. Así que estos días que estuvimos en un régimen de ayuno parcial, ya es un hábito que podrías continuar si quisieras. Pero este ayuno iba junto con tiempos de búsqueda de Dios, nos abrió la puerta a una relación más profunda, íntima con Dios
La disciplina del ayuno te hace salir de la rutina del mundo. Es una forma de adoración: ofrecer tu cuerpo a Dios como un sacrificio vivo es santo y agradable a Dios.
Hace que las raíces de tu relación con Dios vayan más profundo, así que seguramente Dios se ha revelado a tu vida en estos días, Dios fue magnificado en tu vida. Y aquéllas cosas que te rodean y se habían enseñoreado de ti, han sido reducidas, porque le diste a él, el primer lugar.
Has experimentado la dulce presencia del Señor, y Dios, ha roto cosas que había en tu alma, la salud y la sanidad se han manifestado en tu vida: Al ayunar y orar nos hemos humillado delante de nuestro Señor Jesucristo, ha sacado de tu corazón todo aquello que lo ensuciaba.
Así como el organismo ha tenido grandes beneficios al desintoxicarse de muchas toxinas. Así también Dios ha hecho una limpieza general en tu alma. Rompiendo malos hábitos, adicciones, sanando tu alma para perdonar y quitar amarguras y muchas cosas más, ha sido un precioso tiempo de purificación.
Y ¿qué crees? ¡Ya es un hábito en tu vida! Este proceso de santificación, has logrado mantenerlo por 21 días, humillándote delante de Jesucristo, buscando su rostro, pasando tiempos hermosos en comunión con él.
No dejes que se pierda todo lo que has avanzando. ¡PERSEVERA! No dejes de buscar a Dios, sigue teniendo esa profundidad con él, entre más camines en intimidad con Dios, tendrás más revelación de él y su gloria se manifestará en tu vida más y más.
¡Felicidades, vamos por más de Cristo!
Preguntas para reflexionar:
¿En estos 21 días pudiste pasar suficiente tiempo delante de la presencia de Dios, o te hizo falta un poco más?
¿Qué ajustes puedes hacer en tu vida para que no pierdas este hábito que ya hiciste durante este tiempo de ayuno?
¿Es tu anhelo seguirlo buscando?
Orar por:
Qué Dios me ayude a no volver atrás, sino seguir echando raíces profundas a través de la búsqueda constante de Dios
Qué nada estorbe, ni opaque la bendición recibida en este tiempo de ayuno
Que todo lo recibido y aprendido en estos días sea capaz de compartirlo con otros
Alabanza: Me deleito en ti