Cita bíblica:
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí. Salmo 51:10
Para meditar:
¿Alguna vez has visto a un niño construir una torre, castillo, rompecabezas, etc., y de pronto llega otro y lo derrumba o desarma?, es posible que alguna vez hallas experimentado ese sentimiento al intentar construir o avanzar en alguna situación y de pronto sin más, aquel esfuerzo pareciera esfumarse, y fácilmente al encontrarnos en esa situación es muy sencillo echarle la culpa a alguien más o a las circunstancias.
Si bien es cierto que hay una batalla espiritual que vivimos cada día, necesitamos analizar cosas detenidamente. Sabemos que hay 3 enemigos a vencer: el mundo, el diablo y nuestro yo, y casi siempre que las cosas no van bien, es culpa del diablo. Sin embargo, ¿Cuáles son las cosas que hemos permitido que el mundo nos influya?, o ¿en que cosas hemos puesto primero nuestra voluntad antes que la de Dios?
Podríamos prescindir de Dios en ciertos instantes de nuestras vidas cuando todo sale bien, cuando todo es favorable y toda marcha sobre ruedas, pero cuando las cosas no salen bien, ¿Qué pensamientos hay en nuestra mente, o que sentimientos hay en nuestro corazón, pero sobre todo como reaccionamos a las situaciones que no nos agradan?.
En ocasiones usamos textos bíblicos como Hechos 14:22 (“confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”) para justificar las cosas que ocurren en nuestra vida, pero quisiera que tomáramos un momento y reflexionemos acerca de las decisiones que hemos tomado en nuestra vida y que nos han llevado justo a este momento en que vivimos.
¿Quién debe tomar el crédito de lo que vivimos hoy en día, Dios que busca producir en nosotros un fruto de madurez o aquellas decisiones que no están alineadas a la voluntad de Dios?, y no mal interpretemos esta pregunta, y no es mi intención que venga condenación a nuestra vida, porque debemos recordar que hay gracia suficiente en la cruz del calvario, para hallar misericordia y oportuno socorro. Sean cuales hayan sido nuestras decisiones, no le pertenecemos a nuestro pasado sino al futuro glorioso que nuestro Señor Jesucristo ganó al ser clavado en ese madero.
Dios quiera que lo que estamos pasando en nuestra vida sea algo que este produciendo en nosotros el fruto apacible de justicia.
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. Hebreos 12:11
Para reflexionar:
· ¿Hay algo que deba entregarle a Dios, y quitar de mi vida para que Él pueda formar en mí un corazón limpio y un espíritu recto?, ¿Qué cosas son?
· ¿Hay algún resentimiento en contra de Dios por algo que haya sucedido en mi vida?, ¿Qué he hecho para resolverlo?
Orar por:
· Presentarnos delante de Dios con un corazón genuino y sin reservas
· Que nuestras luchas con Dios sean para que Él nos bendiga y no para intentar imponer nuestra voluntad
Alabanza: Desde mi interior
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