Cita bíblica:
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Romanos 8:18
Para meditar:
Muchas veces en mi vida como esposa, ama de casa o mamá, me he sentido no dar el ancho, he sentido como si una gran piedra obstruyera el fluir de la gracia de Dios en mi vida; sin embargo una y otra vez, Dios me ha mostrado que desea que ponga mis ojos en lo celestial, en lo eterno, ¡en la gloria venidera!
Como hijos de Dios no tenemos la opción de hacernos las victimas… ¡pobre de mí!, ¡mira lo que me paso!, ¡las cosas no pueden estar peor!, etc. Podemos ahogar nuestra mente y corazón con las aflicciones externas y hacer nuestra jornada en esta tierra muy difícil.
La Escritura nos enseña que: Todos los días del afligido son difíciles, mas el corazón contento tiene un banquete continuo (Prov. 15:15). ¿Notas el contraste?, Dios nos dice que tendremos aflicción en esta tierra y también nos dice que tenemos la posibilidad de tener un corazón contento cada día… ¿Qué eliges tú?
Seguramente tú también has sentido que no das el ancho, o que no puedes más. Es en esos momentos y en esa condición cuando la única opción es voltear los ojos al cielo, mirar a Jesucristo y su sacrificio. Al reconocer que no podemos con las cargas o las circunstancias y aceptar que sólo Él puede obrar de la mejor manera y que tiene el control de cada detalle, da lugar a la gratitud por su cuidado, porque Él está haciendo algo más allá de lo que nuestros ojos ven en el tiempo presente; da lugar a alabarle con la certeza de que está trabajando en nuestras vidas y que SU gloria ha de manifestarse en nosotros.
Preguntas para reflexionar:
· ¿Qué puedo hacer para recordar en medio de la aflicción, que la aflicción puede NO ser parte de mi vida?
· ¿Cómo decido reaccionar ante las aflicciones en mi vida a partir de hoy?
· ¿Qué cosas prácticas puedo hacer para dejar de lado la queja por las “circunstancias”? piensa en al menos 3 cosas.
· ¿Qué me ha hablado Dios en medio de la aflicción?
· ¿He sido sensible a su voz?
· ¿Ha habido cambios en mi actitud?
Orar por:
· Que Dios me permita, aun en medio de la aflicción, tener la vista puesta en lo celestial para alabarlo en todo tiempo.
· Que seamos ejemplo a nuestra familia y los que nos rodean de declarar palabras de bendición y no de queja en toda circunstancia.
Alabanza: Sólo Cristo
Comments