Cita Bíblica:
2 Corintios 10:6
y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
Para meditar:
Uno de los aspectos más importantes en la vida de los cristianos con el que muchas veces hemos batallado es, la obediencia a Dios. Aún a sabiendas que el obedecer es mejor que cualquier otro sacrificio, no siempre respondemos de la forma que Dios espera de nosotros.
En una ocasión el Señor Jesús enseñó acerca de la obediencia en una parábola (Mateo 21:28-32), un padre pidió a sus dos hijos ir a trabajar a su viña, el primero, aunque al principio se negó, después se arrepintió e hizo la voluntad de su padre, en cambio el segundo hijo, dijo que lo haría, pero no fue, así que podemos entender que la obediencia no es un asunto de palabras sino de actuar y disponernos a realizar la voluntad de nuestro Padre celestial.
El hombre natural puede justificar de muchas formas el desobedecer, pero sólo hay una razón por la que nos rebelamos, y esa razón es porque no amamos lo suficiente a Dios. Si lo meditamos, el amor es una decisión, y las decisiones que tomamos, vez tras vez, son las que nos llevan a ser agradables a Dios, o lo contrario.
La mayor muestra de obediencia en la vida nuestro Señor Jesucristo la vemos en esa declaración que hizo a su Padre, al decirle, “no se haga mi voluntad, sino la tuya (Lucas 22:42)”, aquella decisión, no sólo trajo bendición a la vida de Jesús, también a la de toda la humanidad, por la cual todos hemos sido justificados.
Romanos 5:19
Porque, así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Cada vez que dudemos en obedecer, recordemos cual que el precio que se pagó para que fuésemos reconciliados con Dios fue muy alto.
Preguntas para reflexionar:
¿En qué áreas de mi vida no he obedecido o sometido mi voluntad a Dios?
¿En qué cosas he dicho “sí Señor, voy” y no he ido o he desobedecido?
Orar por:
Que Dios me permita ser consciente de las cosas que he omitido obedecer o que por ignorancia he desobedecido.
Que Dios me permita tener un corazón que le ame por sobre todas las cosas, para que mi obediencia a Él sea incondicional.
Alabanza: "A ti me rindo"
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