8. Carácter de Cristo - tercera parte
- Pastor De Amor
- 18 ene 2020
- 2 Min. de lectura

Cita Bíblica:
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Gál 5:22-23
Para meditar:
Jesús dijo que los cristianos auténticos se diferenciarían de los falsos por su fruto, es decir, por sus obras Mt. 7:17.
Los cristianos que no han adquirido un compromiso real con Dios a menudo su devoción no es más que una fachada, pero nosotros no somos de los que retroceden por lo tanto nuestro anhelo deberá siempre ser como Cristo, esa es nuestra meta.
Si al igual que Cristo somos congruentes con nuestra manera de sentir y de pensar, entonces nuestro actuar mostrará las siguientes tres características:
G) La Fe se forma mientras se sufre en las pruebas, es donde demostramos nuestra fidelidad. Cristo sabía lo que le esperaba en la cruz, pero Él no sólo vio ese momento de sufrimiento sino el resultado que su muerte iba a producir He, 12:2.
Las circunstancias pueden decir lo contrario, pero fe es poner nuestra confianza en Jesús y vendrá la victoria porque Él es el autor y consumador de la fe.
H) La Mansedumbre significa estar vacío de orgullo y es por ello por lo que es posible soportar la incomodidad en cualquier circunstancia. Cristo sabía que todo lo que aconteció en su vida, ya sea que fuera agradable o no, tenía el propósito de agradar su Padre (Jn. 17:7), y la única manera de que la mansedumbre se manifieste es cuando estamos totalmente rendidos a Dios.
I) La Templanza no es otra cosa que dominio propio (2Ti 1:7), y no es que se trate una capacidad humana sino de la obra del Espíritu de Dios en nuestra vida.
Tener el control de las pasiones y los impulsos propios del viejo hombre, es la prueba contundente de la manifestación del fruto del Espíritu.
2 Co. 3:2-4, nos dice que somos cartas leídas por los hombres y necesitamos dar ese testimonio vivo de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y la única prueba real de ello es el fruto que hemos dado, animémonos a que lo que el mundo pueda ver en nosotros sea al perfecto alfarero haciendo una obra de perfeccionamiento en nuestra vida.
Para reflexionar:
¿Tu actuar, refleja confianza en Dios?
¿Qué acciones has realizado para demostrar mansedumbre y dominio propio en tu vida?
¿Tu forma de sentir, pensar y actuar demuestran madurez espiritual?, ¿Qué estas dispuesto a hacer para cambiarlo?
¿Es Cristo el modelo de tu vida?, ¿Cómo piensas que eso puede cambiar y como podrías dar fruto?
Orar por:
Seamos congruentes en nuestra forma de sentir, pensar y actuar.
Permitamos que Dios nos moldee, de tal forma que demos el fruto que él espera de nosotros.
Que el fruto del espíritu sea la manera que nos presentemos cotidianamente a Dios y al mundo.
Alabanza: Si tan sólo tocare el borde de tu manto