16. Monte Moriah
- Pastor De Amor
- 26 ene 2020
- 2 Min. de lectura

Cita Bíblica:
Leer Gn 22:1-18
Para meditar:
Y dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas…
¿Puedes imaginarte en la posición de Abraham y Dios pidiéndote que sacrifiques a tu hijo?, ¿Qué sentiría tu corazón?, ¿Estarías dispuesto a entregar a quien amas?
Si eres padre puedes saber cuánto duele cuando los hijos enferman, o lo que significa la responsabilidad de tomar decisiones para su bien, lo difícil que puede ser en este mundo guiarlos para que se cumpla la voluntad de Dios en sus vidas. Sin embargo, cuando ellos ocupan el primer lugar en tu corazón y no Dios, entonces Él te pide: “ofrécelo allí en holocausto”. Y no es literalmente que mates a tu hijo, sino que en tu corazón lo entregues a Dios y permitas que sea Él, Dios, quien ocupe el primer lugar.
No sólo se trata de ofrecer a un hijo, puede ser cualquier otra persona o cosa que ames en tu corazón: tu esposo (a), si no eres casado, ni tienes hijos, podría ser tu trabajo, alguna habilidad, tu comodidad económica, pon el nombre de aquello que amas, aquello que es tan importante para ti.
Puedes responder a Dios como lo hizo Abraham, entregarlo sabiendo que Él es sabio, que Él es el dueño de aquello que amas y que, si tú eres capaz de dárselo en tu corazón, entonces Jehová proveerá y cumplirá sus promesas en tu vida; o bien, puedes intentar en tus fuerzas, con tus propios recursos limitados creyendo que puedes lograrlo sin su provisión.
Es una difícil elección y ¿sabes? Dios tuvo que ser muy claro con Abraham, le hizo énfasis en Isaac, el hijo de la promesa ¿Por qué? porque Abraham ya tenía otro hijo, Ismael, así que, si sólo le hubiera dicho toma a tu hijo, probablemente Abraham habría tomado a Ismael, pero, lo que Dios quería probar era que Abraham era capaz de DAR a quien más amaba. De la misma manera Dios es claro con nosotros, sus instrucciones siempre son precisas para que no podamos dar sólo lo que “entendimos o pensamos que nos pidió”; Él te está hablando claro dame eso que amas tanto, entrégalo a mi y yo proveeré.
Preguntas para reflexionar:
¿Qué es para ti lo único, lo que más amas, cuál es el tesoro de tu corazón?
¿Eres capaz de rendírselo a Dios completamente?
¿Qué te hace falta para darle el primado a Dios?
Orar por:
Que Dios sea el primer lugar en tu corazón y puedas tener la misma actitud que tuvo Abraham al no negarle a Dios lo que le pidió.
Alabanza: El centro es Jesús