Cita bíblica:
Romanos 12:2
"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."
Para meditar:
La pregunta de este día es: ¿Cómo podremos servir a nuestro semejante si no cambiamos nuestra manera de conducirnos en esta vida?
Nuestro peor enemigo en la mayoría de las ocasiones está dentro de nosotros, ese yo que se revela a no hacer la voluntad de Dios a través del aprendizaje de las escrituras, ese yo que quiere momentos de placer constante sin medida, ese yo insaciable de querer más para lo malo, cuando escrito está en su palabra que renovemos nuestra mente, nuestra forma de pensar, nuestra manera de considerar las cosas, tomando en cuenta un código seguro estable y que nos llevará un día a un estado de paz y plenitud en Cristo.
La Palabra de Dios, claramente establece: "Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos" 1 Timoteo 6:12
Dios nos amó en tal manera que entregó a su hijo en la cruz para que todo aquel que en el crea no se pierda y tenga vida eterna (Juan 3:16)
Sí entendemos quién es el evangelio entonces podremos ver con los ojos, el corazón y la mente de Cristo.
Necesitamos dar amor y tomar la decisión de hacerlo. Podemos comenzar, con acciones tan sencillas como saludar a quien no lo has hecho, ayudar a quien veas en necesidad y tengas un testimonio de hacerlo, ya sea por necesidad o por convicción o simplemente por qué Cristo lo puso en tu corazón.
Necesitamos dejar de pensar en nosotros mismos y los placeres temporales, necesitamos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, amar como Cristo nos amó, ser mansos y humildes de corazón. En la medida que rendimos nuestro “yo” al Señor y nos somete a la renovación de nuestra mente, caminaremos con Cristo, haremos su plena voluntad, agradable y perfecta.
Preguntas para reflexionar:
· ¿Verdaderamente quiero ser diferente para ayudar a mis semejantes y empujar el reino de Dios en esta tierra?
· ¿Miro por mis intereses propios antes que los de los demás?
· ¿Estoy dispuesto a cambiar las cosas que sean necesarias en mi vida para buscar la voluntad de Dios? ¿Estoy dispuesto a dejar mi vana manera de vivir?
Orar por:
· Porque la soberbia la mantengamos alejada y nuestra vida camine en humildad sabiendo que tenemos a un Dios muy grande para transformarnos.
· Para que el Espíritu Santo de Dios me muestre a quién puedo bendecir y ayudar en este día.
· Para que mi familia, hermanos y amigos puedan ver un cambio en mi vida, que pueda reflejar el verdadero amor de Cristo.
Alabanza: "Pon tu mirada"
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